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Trastornos psicológicos frecuentes en nuestra cultura

Los estados emocionales en los que aparece alerta, prevención, tristeza, desmotivación y similares comunes en la vida humana, cuando son tan persistentes y de tal intensidad que dejan de ejercer su función útil e impiden a las personas llevar una vida sana, en psicología clínica se denominan trastornos, de ansiedad y/o depresivos según los síntomas. Este tipo de trastornos son bastante frecuentes en los países desarrollados, llegando incluso a afectar al 18% de la población según algunos estudios.

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Una característica destacable de los mismos es que tienen importantes repercusiones en la fisiología corporal (p.ej. desgana o pérdida de energía con más frecuencia en el caso de los estados depresivos y taquicardias o sudoraciones con más frecuencia de los estados de ansiedad) y eso puede llevar a considerar que el tratamiento sintomático con medicación pueda ser suficiente. Hay que considerar que la medicación, necesaria en algunos casos, regula el estado fisiológico, pero para abordar y tratar eficientemente estos estados, según aconseja la Asociación Americana de Psicología, es necesario realizar psicoterapia para abordar y transformar las construcciones mentales y emocionales que mantienen estos estados, a fin de resolverlos.

La ansiedad es una respuesta normal adaptativa de activación que nos ayuda a prepararnos para afrontar circunstancias estresantes. Sin embargo, cuando este estado se convierte en una estado permanente que se mantiene más allá de las situaciones para las que resulta útil, puede convertirse en un trastorno.

 

El patrón que controla la conducta en este trastorno podría enunciarse así: creo que no tendré los recursos ni la capacidad suficientes para enfrentarme con éxito a situaciones conflictivas, duras o peligrosas.

 

Y las consecuencias de seguir dicho patrón da como consecuencia los consiguientes trastornos de ansiedad: alerta constante (ansiedad generalizada), miedo focalizado en objetos (fobias) o situaciones (fobias específicas), miedo al miedo (agorafobia), revisión mental de situaciones ansiógenas (obsesiones), temor a estar con gente (ansiedad social)

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El tratamiento psicológico pasa por adquirir habilidades de enfrentamiento y gestión ante la adversidad que aporten serenidad y visión amplia de la situación en los momentos en que aparece la señal de alarma.

Ansiedad: los temores, inseguridades, miedos permanentes y alerta continua
Depresión: desmotivación y falta de sentido en la vida

El término depresión proviene del latino depressio (abatido o derribado) y en psicología se utiliza para designar un trastorno emocional que hace que la persona experimente estados de ánimo negativos donde aparecen sentimientos de dolor profundo, ira, alto nivel de estrés, frustración y soledad que quitan la energía para afrontar la vida cotidiana. A veces parece que la vida haya perdido todo sentido para quien padece depresión.

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Puede tener origen en múltiples causas como un suceso vital traumático (incluidas enfermedades físicas), patrones de conducta familiares que se traspasan de una generación a otra..., pero un eje básico de la depresión es la forma de pensar, ver e interpretar la propia vida.

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El tratamiento psicológico pasa por embarcarse a encontrar aquello que aporta satisfacción vital particular y por aprender a gestionarlo (luchar por ello, no rendirse ante la frustración, etc

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